sábado, 4 de octubre de 2008

¿Qué había sido?

¿Qué había sido? Esa era la pregunta que me formulaba para mis adentros, sin la esperanza de respuesta alguna. A pesar de que sabía eso, no dejaba de rondarme esa interrogante en mi cabeza.

Algunas horas antes, iba a encontrarme con unos viejos amigos. Cuando llegué me recibió Iván, este me invito a pasar al mismo tiempo que me daba un cálido y cariñoso abrazo, cuando me encontraba ya adentro, vi a siete personas sentadas a lo largo de cuatro sillones, tres hombres y cuatro mujeres. Conocía a todos. Los conocía de hace mucho, en otro tiempo y en otro lugar estudiamos juntos.

Me senté en el sofá que estaba más alejado de todos, y desde ese lugar comencé a seguir la conversación de los que me la hacían. Pasaron algunos minutos cuando Iván, nos ofreció todo el licor que pudiésemos beber, todos apoyaron la moción. A ese ritmo se fue toda la tarde.

Me sentí un poco mal, por todo lo que bebí y por el olor a cigarrillo que infestaba ya, toda la habitación, así que decidí subir a la terraza para despejar un poco la cabeza, cuando llegué a ese lugar, pude observar un cielo gris, estaba seguro de que llovería. Sin embargo, me quedé en aquel lugar.

De pronto, distinguí por el movimiento de un ojo la presencia de ella.
Ella.
Si me dirigió alguna llamada sin palabras, no la capté. Si hubo algún saludo, no me apercibí de ello. Ella se limitaba simplemente a mirarme. Su apariencia era la de una criatura radiante de joyas y de encajes bordados con adornos. Para mí fue como una Cenicienta descubierta en el baile, como una Bella Durmiente que abriera los ojos bajo un lío de telarañas y la apartara con un gesto de su mano cálida. La intensidad de su belleza hecha carne me hizo solar un jadeo.

Si, lucía una vestimenta perfecta de mortal y, no obstante, su aspecto era aún más sobrenatural; su rostro era demasiado deslumbrante, sus ojos oscuros resultaban insondables, y, durante una fracción de segundo, destellaron como si fueran dos ventanas asomadas al fuego del infierno. Y cuando me llegó su voz está era débil y penetrante, obligándome a concentrarme para entenderla:

-Llevo toda la noche buscándote. Dijo.
-Llevo esperándote toda la noche. Le respondí.

Creo que en aquel instante, paralizado e incapaz de apartar la mirada de ella, me di cuenta de que ella se acercaba a mi al mismo tiempo que comenzaba a llover. De un momento a otro, sin saber por que y sin previo aviso, sus labios invadían todo mi cuello subiendo lentamente hasta mis labios. Estábamos ya mojados y sin previo aviso, me aparte de ella y baje las escaleras hasta llegar a la habitación donde se encontraban todos al principio, para mi sorpresa todos seguían allí, con la novedad de que yacían dormidos.

Entonces, sentí una mano que tomaba la mía y me llevaba hacía otro lado. Le seguí hasta otra habitación. Ella se dejo caer en la cama y con es voz frágil y penetrante volvió a hablar:

-Estoy aquí para ti, solo para ti.
-Si, lo sé...
-Yo solo te quiero devorar...


Eso ocurrio un día como hoy pero de otro tiempo y sigo preguntandome ¿qué había sido?.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...