Bien, ahora vamos a saltarnos la parte en la que después de la tocada me empedo y me hago el interesante sintiendome Mauricio Garcés con ella y después de un par de bochornosas cosas, le saco su nombre, teléfono, dirección y una invitación al cine. La llamaremos Polixena.
Como a la semana de haber salido con ella, le digo a Enrique -Creo que me gusta Polixena- a lo que con una mirada extraña me respondió solo con un -¿neta?- y ahí quedo. Y él corrió la voz a medio mundo, me di cuenta por el hecho de que en las tocadas cada que ella iba todos en coro
Así paso un mes, yo seguía con mis tips para ligar con el huracán cuando un trágico sábado estaba con mis exmejores amigos Ivan y Enrique y llego Polixena y por medios que no pienso revelar descubrí... ¡que era lesbiana!
puta, las risas y la carrilla no se hicieron esperar. Lo triste fue qué todo mundo sabía eso, ¡claro! todo mundo menos el pendejote de mi.
Y fue solo en ese preciso momento cuando me dije:
-Jonathan; eres un soberano pendejo.
¿y todo esto a que viene? a nada solo lo escribí porque hoy, iba de regreso en la combi cuando escuche esta canción y me recordo esta anécdota y también que tiempo después en un viaje se la pasaron cantandomela.
Sniff...
1 comentario:
Jajajajajajaja... que mala pata!!!
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