jueves, 26 de febrero de 2009

Yo fuí: Boy Scout

Si, auque de mucha pinche risa. Mi mamá me metió como a los seis ó siete años, con la pendeja excusa de: -"Es que eres muy pinche desmadroso y quizás eso te enseñe un poquito, además me gustaría que convivieras con más niños de tú edad y no sólo con tu amigo E. (q.e.p.d.) y toda la bolita con la que te juntas y bla bla bla"-

A esa edad eran suficientes motivos para haber hecho un berrinche de antología y salirse de la casa, pero no, me contuve y me tuve que chingar e ir. Yo creí que iba a ser una mamada así de plantar arbolitos, convivir con otros niños, acampar, cuidar la naturaleza, competiciones idiotas por medallas, uniforme (¿ó traje?) ridículo, clases de ética y moral, apodos aún más idiotas y cosas así. Lo cruel fue que a mi corta edad, tenía la boca llena de razón.

A mi no me gustaba ir, todos mis amigitos(?) eran demasiado buenos y amaban todo lo que habitaba en la tierra, el único normal(?) era un cabrón bien pinche loco, que le gustaba insultar a los demás y a la mínima respuesta del ofendido, el se le iba encima para darles sus putazos. Aquel pinche loco, a la larga se convertiría en el bajista de la banda de mis amores y en uno de mis buenos amigos, para no hacerles el cuento largo aquel loco con el que me lleve muy bien desde el segundo sábado que fui (hasta la fecha), era Iván.

Los de hasta abajo; de derecha a izquierda el primero soy yo y el séptimo es Ivan.

Yo, la intencidad hecha niño.

Como se habrán dado cuenta, a excepción de nosotros dos, el resto eran puros tetos, raros y a ninguno lo querían sus papas. El que ven arriba de mi, de sudadera blanca le decían Guantola y era un ojete con los que se portaban mal y no hacían nada, osea con Iván y conmigo, sniff... recuerdo que un día se aprovecho de que le tenía -le tengo- un poquito de miedo a las alturas y me subió a huevo a un árbol altísimo el cabrón y ya arriba me mecía el culero y yo obviamente como niño de seis años con un poquito de miedo a las alturas y con un culero meciendome arriba de un árbol, pues se me salieron algunas lágrimas, lágrimas de hombre.


Y ya, cuando me bajo, yo estaba todo emputado, con los shorts mojados y calientes, mientras el resto de mis amigitos(?) se reían de mi, al ver que su macho alfa fue humillado. Ojalá y al cabrón lo hayan empujado por accidente y "en broma" de un décimo piso. Ojalá.

Ya como al año deje de ir, cuando mi mamá vio que nomas no veía cambios en mi, solamente más miedo de subirme a la azotea.

¬¬

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajaja de seguro fuiste a acampar al Zócalo

Jonathan dijo...

No, afortunadamente no me toco ir a acampara alla. Afortunadamente.
Sin embargo si a muchos lugares alejados de la civilizacion, creo que una vez te vi en alguno de mis campamentos, eras la chica loca que se ponia a correr en circulos toda la noche?

PrInCeSiT@ dijo...

t veias bn bonito de chikitoooo!!

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...