Pues bien, le ganaste a esa horrible, horrible cosa. No esperaba menos de ti. Además me lo habías prometido. ¿Te confieso algo? varias veces estuve a punto de tirar la toalla, de tirarme en la lona mientras me cuentan hasta diez, pero no pudé. Si tú pasaste por tanto y me cumpliste lo que prometiste, sin flaquear en ningún momento ¿yo porque habría de tirar la toalla por trivialidades?
Siento una enorme desesperación el no poder hablar contigo en estos momentos porque sencillamente no se pude, pero todos los días estoy al pendiente de ti. Pero también ahora siento una fuerte admiración por ti, pero sobre todo, te amo con tanta intensidad como solo un tipo como yo puede hacerlo a una mujer con tantas cualidades, fuerza y paciencia como tú.
A partir de hoy, todo será más sencillo. Durante dos años para ti todo fue de subida, hace poco me uní a ti a la parte más difícil del recorrido. Pero a partir de hoy, todo será de bajada.
Te sigo esperando, sentado como te prometí, para no cansarme. ¿Quieres apurarte?
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