La semana pasada fui al Recorcholis de arboledas.

Con Emmanuel. Llegamos y vimos muchas cosas elegantes que queríamos adquirir, pero necesitabamos tickets, muchos tickets, así que gastamos dinero, mucho dinero para poder conseguirlos. Al final, mis manos se desbordaban de tantos tockets que habíamos ganado. Y era muy feliz.

¿Y que pasó después?

Pues llegamos con el nerd que atendía la parte de los premios y todo el dinero que ganamos y todos los como 500 tickets que teníamos nos alcanzaron para una pinche bonita ranita.

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Ranita que me duro muy poco, porque cuando vi a Karen se la di para probarle mi amor. Así que ya libre el gasto de comprarle un anillo carisimo para demostrarle mi amor, ya le di mi ranita.