domingo, 26 de febrero de 2012

Alguien.

El mar era un jugo gástrico
acido hambriento de sangre
y a mi corazón elástico
alguien puso un impermeable.

El aire era un vaho fétido
húmeda peste infectante
y a mi corazón famélico
alguien dio un desodorante.

La calle era un rio de vomito
de espuma espesa y vinagre
mi cuerpo ansiaba un vehículo
y alguien le pago el pasaje.

Y un dios que era hidrocéfalico
degollaba desiguales;
y a mi alma, que era bicéfala,
alguien la hizo invulnerable.

Y alguien hizo que mi pena
pesara como una pluma
y deposito mis huesos
en un fragmento de espuma
y me inscribió a un kinder garden
en los cuernos de la luna...

alguien que llego y se fue
(violetas sobre mi tumba).

Ayer fui al taller 75° Color. Para ver y conocer a José Quintero, de quien soy admirador de su trabajo desde que llegaron por primera vez a mis pre adolescentes manos sus trabajos en la revista de la Mosca en la pared, obviamente no eran cosas actuales, yo lo vi en números atrasados porque coleccionaba aquella revista algún amigo al que seguramente nunca se las pude robar. Claro, para mi él era como cualquiera que publicaba una caricatura en no sé, un periódico, nada por lo que alarmarse. Y fue hasta hace unos seis u siete años cuando llego a mis manos esta joya:


Yessica me lo regalo por mi cumpleaños junto con una dedicatoria que aún hace que se me ponga la piel de gallina. Desde entonces amé a Buba y amé aún más el libro. A veces fingía demencia y le mostraba el libro a diferentes personas con el pretexto de "No entiendo algunas cosas, me gustaría saber que piensas tú", los resultados -salvo un caso aisladísimo- siempre fueron decepcionantes. Ya no fingo demencia.

Cuando me enteré que iba a estar el creador de Buba en el taller, no lo pensé dos veces, quería que me firmara mi libro de Buba. A pero como Don pendejo los sábados va al ingles no lo metió a la mochila y se acordó cuando iba en el metro, sniff...

Total, ya iba con la intención de encontrar algo que me pudiera firmar y si no, en un caso muy muy extremo, en mi cuaderno de ingles. Afortunadamente, encontré que estaban vendiendo su nuevo libro de "El Pote", entonces me amontone, enserio, me amontone, porque hay gente políticamente incorrecta que no conoce lo que son las filas y los turnos, hasta estar a lado de él. El tipo es sencillísimo y súper amable. Le conté la triste historia de mi otro libro, de como me lo regalaron y el amor que tengo por su obra. Firmo mi libro de "El Pote", me firmo un cromo enorme de Caronte con Buba (Que pienso mandar enmarcar, no se vería nada nais pegarlo con diuretz) y me firmo dos pequeñas postales para Lalo y Aracely. Fui feliz, lo único que me falto fue tomarme una foto con él, pero iba solo y la gente me miraba con cara de pinchegüeritoyallegalealaverga.

 Arturo Negrete y José Quintero (Derecha).

 Quintero con los cromos que autografió.

 Mi cromo autografiado.

Mi libro de "El Pote" autografiado y con una Buba dibujada, sniff...

Y juro por los veinticuatro testículos de los doce apóstoles que en la siguiente oportunidad se firmará mi otro libro. Y si a alguien le interesa leer a Buba, AQUÍ hay una descarga gratuita.

Y ya, aprovechando el viaje, la semana pasada después de esperar como dos horas, pude sacar mi pasaporte donde me tuve que echar todo el cabello hacía atrás quedando como un ciudadano de bien para la sociedad y para mis conocidos, como un muy decente extraño.

Montreal here i go!

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...